Unos niños de un pueblo de Almería dieron una brutal paliza a este burro de poco más de dos años en un descampado. Lo violaron con algún palo u otro objeto y le produjeron daños en los órganos, dejándolo al borde de la muerte.
Una profesora de su colegio escuchó una conversación en la que estaban planeando a la salida de la escuela volver al descampado y terminar con su vida. Avisó al SEPRONA y consiguieron salvarlo. Veterinarios y diversas asociaciones están cuidando de Capitán y parece que está saliendo adelante.
Ésta es nuestra España. Ese país amable y divertido en perpetua fiesta y alegría. Donde los turistas vienen a descansar y relajarse, a disfrutar del sol, de la gastronomía y del mar. Ese país que tiene su imagen en la fiesta de los toros donde se aterroriza, tortura, masacra y, por fin, se asesina, a un animal inocente para gozo de los espectadores y negocio de muchos intermediarios. Donde se jalea la sangre y el dolor de seres que no quieren estar ahí. Ese país que se acerca a la naturaleza con escopetas, con lazos metálicos, con trampas, venenos y extinción. Donde se miente sobre el lobo para cobrar subvenciones. Donde los animales se llaman alimañas. Donde se queman los bosques año tras año con total impunidad. Donde los agricultores llenan de veneno lo que comen, donde se fumiga a los insectos que deben polinizar las plantas que ellos mismos siembran. Donde se cría en cautividad linces para que los coches los aplasten. Donde las empresas pueden destruir el medio ambiente con el beneplácito, cuando no con la subvención, de los gobiernos.
Nuestra España donde luego nos echamos las manos a la cabeza cuando se producen tragedias como las violaciones, torturas y muertes a niñas y adolescentes por grupos de psicópatas que son capaces de hacer con ellas todo tipo de vejaciones, despedazarlas, quemarlas vivas y destruir sus restos sin revelar cómo, cuándo y dónde.
Y como psicólogo puedo asegurar que todo esto está relacionado. El psicópata de mañana fue el maltratador de animales de ayer. Esos niños que han apaleado y violado a una cría indefensa de burro terminarán haciendo lo mismo con una chica. Es así. Es el siguiente paso. En todos los perfiles de asesinos brutales, seriales y psicópatas está el maltrato y tortura animal en la infancia. No hay duda posible.
Hay una frase de Gandhi que dice:
La grandeza de España es la que entre todos hemos construido. Esos niños de Almería han visto cómo sus padres cazaban y mataban todo lo que había alrededor. Cómo luego colgaban a los galgos o les inyectaban lejía en las venas para verlos agonizar entre horribles sufrimientos. Han aprendido que la fiesta del pueblo es reunir a unos toros en una plaza y acabar con ellos poco a poco hasta que se desangran mientras sus padres y amigos aplauden y se divierten. Es lo que saben, lo que han visto, lo que creen.
Nuestra España.
Si no eres de esa España, te pido que firmes la petición en Change.org para que la justicia (ya, ya lo sé, no va a pasar nada) haga algo al respecto:
Ánimo, amigo. Lucha por esa vida que esos hijos de puta decidieron que no valía nada.