Es un tópico muy común imitar a los japoneses y a los chinos cambiando la erre por la ele. En los chistes, o en las películas y series siempre se echa mano de ese recurso. Lo cierto es que japoneses y chinos tienen poco en común. Y su lenguaje no puede ser más diferente. Pero lo más sorprendente de todo es que en japonés… NO EXISTE EL SONIDO ELE.
Así es. No existe y les cuesta mucho aprender a pronunciar las palabras europeas que lo contienen. Así de ignorantes somos que resaltamos como característico de un pueblo algo que no tienen.
Me recuerda una vez que vi en una serie de televisión estadounidense en la que hacían referencia a una mujer española de Barcelona, que se llamaba Rosalita y era bailarina flamenca; y la disfrazaban de mexicana morenaza: el tópico no podía ser más equivocado. No hay ninguna mujer española que se llame Rosalita, y menos si es catalana. Pero explícale tú a un americano que en España hay varios idiomas, que la muchacha se llama Roser, que se pronuncia /rruzé/, que es rubia y con ojos azules y que en su pueblo se baila la sardana; y que no hay mariachis en las Ramblas. Nada, ni se puede hacer a la idea. Se queda uno con el tópico aunque sea erróneo.
El otro día estaba hojeando un tebeo de Mortadelo y Filemón que había por casa y nuestros héroes estaban en Japón investigando una falsificación de euros. Todos los japones hablaban en sioux (sin conjugar los verbos) y sustituyendo la erre por la ele. A tanto llegaba el disparate que hasta la expresión tan nipona hara-kiri, la tenían que decir mal: «Tú tenel que hacel hala kili».
Estamos gilipollas.
El japonés es un idioma muy bonito e interesante. No tiene filiación conocida ni parentesco con ninguna otra lengua. A mí me recuerda en muchas cosas al euskera . Una de sus características es que una lengua silábica, en la que hay poca libertad de pronunciar conglomerados de consonantes como en inglés o alemán. Las sílabas pueden estar formadas por una o dos vocales, por una consonante y una vocal, o una consonante más una vocal y la ene. Nada más. Miento, se pueden duplicar las consonantes, y es muy común: hokkaido, omotte, onna, etc. Pero es siempre la misma consonante. No diré cómo se refleja esa duplicación consonántica en el lenguaje escrito, porque es un poco lío.
Para poner un ejemplo, transcribiré mi nombre y primer apellido en japonés, porque así se aprecian algunas características muy curiosas:
FRAN : Imposible esas dos consonantes seguidas. Hay que meter una vocal entre ellas. Pero sólo existe una posibilidad, porque el fonena F sólo existe como modificación del H en la sílaba FU. Es decir: HA HI FU HE HO son las posibilidades. No existe la sílaba HU, y se dice FU, como en el monte Fuji-san (exacto, está mal dicho Fuji-yama; es un error de transcripción que ha perdurado). RAN sí se puede decir, de hecho hay una película de Akira Kurosawa con ese nombre. El que sea muy idiota podrá pronunciar la película de Kurosawa como LAN, pero allá el. Es una erre suave, como en pera, y no como en rana. Así que tenemos FURAN.
CIS: huy, ese sonido ‘zeta’ que tenemos nosotros no existe. Si lo cambiamos por el sonido ese sorda como en inglés, tenemos también problemas, porque la lista de sílabas con ese sería: SA SHI SU SE SO. No existe el sonido SI en japonés y se cambia por SHI (como en sushi, no ‘ayer comí susi’ como pronunciamos nosotros). Y como hemos visto antes, una sílaba sólo puede acabar en vocal o en ene. Nunca en ese. Le ponemos una U y queda SU. En total SHISU. Lo bueno es que en japonés las vocales I y U son muy débiles y a menudo se omiten en el lenguaje oral. Unas de las palabras más comunes son DESU y MASU, parecidas al verbo ser en castellano. Y se pronuncian DES y MAS. Por tanto esta parte de mi nombre FURANSHISU se pronuciaría más o menos FuRANSHIS.
CO: Sin problemas, es una sílaba muy común: KO.
DEL : Aquí vienen la ele, que no existe. Se cambia por la erre y se añade una U porque no puede acabar en esa consonante: DERU.
GADO: Existen GA y DO.
Mi nombre sería FuRANSHISuKO DERuGADO.
Hala, a imitar ahora a los japoneses.